¿Hacia un mercado de capitales sin capital?
Guillermo Tagle Presidente Credicorp Capital
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Guillermo Tagle
En estos días estamos siendo testigos de un proceso que podría ser el fin del sistema de fondos de pensiones como lo conocimos desde su fundación. Administradores profesionales del ahorro previsional de la gran mayoría de los trabajadores de Chile, por más de tres décadas, administrando inversiones con excepcionales tasas de rentabilidad, financiando el desarrollo y el progreso del país, con capital acumulado en cuentas de ahorro personales, destinados a financiar la pensión de cada uno, al llegar la madurez.
Es efectivo, el sistema no fue renovado a tiempo para ajustar los problemas, que se venían haciendo evidentes desde hace muchos años. El incremento en los salarios, la cantidad de años sin cotización (lagunas), la prolongación de la vida, el incremento de los costos de vida en la etapa de adulto mayor, han sido todos problemas que se fueron haciendo evidentes, que todos juntos generaban un efecto “explosivo” en la forma de malas pensiones.
Así, a pesar de generar buenos retornos sobre el capital invertido, la expectativa de que finalmente no proveería buenas pensiones, ha terminado por generar en el sentimiento amplio y mayoritario de la población, de que es mejor “pájaro en mano” y rescatar todo lo que se pueda conseguir, en vez de cuidar y proteger ese ahorro para asegurarse una buena vejez. Alimentado por corrientes ideológicas muy contrarias al principio de responsabilidad individual por sobre la colectiva para financiar temas sociales, sumado a un populismo iracundo, tienen hoy en las cuerdas, uno de los pilares fundamentales que durante las últimas décadas han permitido tantos progresos para la Sociedad chilena.
Es posible que muchos descalifiquen la validez de los argumentos y análisis que hacemos quienes trabajamos y hemos realizado una vida profesional en el mercado de capitales, por el solo hecho de que entre muchas cosas esto ha sido sustento de nuestro quehacer. Pero los argumentos son objetivos, esa fuente de ahorro de largo plazo estable, permanente, creciente y segura ha permitido financiar y realizar proyectos de gran envergadura, generando bienestar, rentabilidad y mejor vida para todos. El ahorro de largo plazo provisto por los vilipendiados fondos previsionales es lo que ha hecho posible financiar cosas que ningún otro país de nuestra región ha conseguido.
Si se acaba la fuente de ahorro de largo plazo de los trabajadores, que a través de los Fondos de Pensiones y Cias de Seguros de Vida han financiado tantos cambios para Chile, iremos lentamente quedando “inertes”.
Es evidente que la pandemia y el estancamiento que ha llegado con ella están provocando una necesidad urgente de generar ayuda para las miles de familias que han perdido su fuente de trabajo y necesitan tener para vivir. Pero la solución no puede ser alimentarse comiendo y consumiendo la musculatura del cuerpo, o las piezas centrales del motor que nos permitirán poner el país en marcha, cuando logremos superar esta enfermedad. Si no se protege, si no se defiende, esta pieza de estructura que ha sido clave para el desarrollo de Chile, terminaremos con un mercado de capitales sin capital.
El sistema de pensiones hay que modernizarlo, qué duda cabe, tiene que proveer mejores pensiones. También es esencial generar fuentes de recursos para financiar el drama social de la pobreza que la pandemia ha hecho evidente, pero no destruyendo las piezas de infraestructura básica para el progreso.